
Estos
seres ya tenían un cuerpo de serpiente, pero poseían ya unas patas y
desarrollaron la capacidad de volar y lanzar fuego. Aunque pertenencían a los
dragones serpiente, podían sostenerse en dos patas y su aliento seguía siendo
venenoso. Medían de 30 a 50 metros de largo y eran terriblemente fuertes. Sus
patas les servían como las usan las aves de carroña, tales como el águila. Las
clavaban en su presa con sus uñas desgarrando...